domingo, 2 de diciembre de 2012

Subida al Calamorro

Me encanta patearme la montaña. No en plan profesional, simplemente seguir un sendero y perderme por la naturaleza. Y es curioso porque, a pesar de lo idílico que suena, el trekking no consiste tanto en admirar paisajes increíbles, que también, sino de disfrutar de la sensación de avanzar, avanzar y avanzar por unos lugares que, por lo general, no admiten marcha atrás o renunciar. Cuando empiezas, tienes que llegar a tu destino sí o sí o nadie va a ir a recogerte en un helicóptero. Y por muy difícil que sea la subida, por muy cargadas tengas las piernas, por mucho frío o calor que haga, llegar siempre tiene recompensa.

Me encanta esa sensación de conseguir un objetivo, de llegar a un sitio que sólo los que tienen la fortaleza mental de iniciar el camino pueden llegar a ver. Y de esta forma, aún el lugar más desprovisto de épica puede ser especial para ti.

Y eso es un poco lo que me pasó en la senda Arroyo de los Muertos (R-1, Benalmádena), que asciende 780 metros hacia la cumbre del Calamorro, uno de los montes con mejores vistas de la Sierra de Mijas. Se inicia el camino por una carretera que sale cerca del cementerio de Benalmádena, con una subida bastante dura hasta que, a la izquierda, se abre una senda estrecha atravesando ya el monte. Una senda, por cierto, llena de rampas de piedras hechas por aficionados al mountain bike, así que cuidado porque bajan a toda velocidad.

A mitad de camino, una de las pocas indicaciones que hay en todo el camino nos indica que, siguiendo hacia arriba, seguiréis por la R-1 y, por tanto, hacia la cima, mientras que hacia la izquierda os desviaréis por una ruta de enlace hacia la R-2. A pesar de las protestas de nuestra piernas, seguimos subiendo y poco después llegamos al Puerto de las Ovejas, a 620 metros ya, desde donde se pueden ver vistas como esta de la Sierra.


Desde el Puerto de las Ovejas a la cima del Calamorro ya no hay excusas. El camino se suaviza y empiezan los miradores hacia la costa, aunque ya en la cima hay dos perfectamente señalizados. Desde el mirador sur hay una extraordinaria visión de Benalmádena y Torremolinos, a la izquierda y Fuengirola a la derecha. Y desde el mirador de las águilas se puede ver, además Alhaurín. Todo alrededor de un telesférico que sube y baja desde la cima hasta el parque de atracciones Tívoli.






Una ruta para todos que se hace en un par de horitas. Por cierto, un consejo fundamental para los amantes de las fotografía: no hagáis como yo y os olvidéis de cargar la batería de la cámara. Todas las fotos están realizadas con el móvil, pero aún así creo que os hacéis una idea del paisaje.

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