domingo, 3 de marzo de 2013

Día de Andalucía

El pasado jueves disfruté de mi primer Día de Andalucía desde que vivo en Málaga. Y me sorprendió la importancia que tiene este festivo aquí, quizás porque vengo de Madrid, y allí nos hemos acostumbrado a ser un poco descastados con las cosas de la tierra. Sin embargo, aquí en Málaga los colegios programan su semana en torno a ese día, en los pueblos se cuelga la bandera andaluza de las casas y la calle bulle con actividades de todo tipo, incluso cuando la noche anterior una tormenta de granizo hace despertar a toda la Costa del Sol, como sucedió este año.

En mi caso, yo lo celebré corriendo la Carrera Popular Marea Solidaria en el Muelle Uno, a favor  de la Asociación Malagueña para la Fibrosis Quística y la Asociación Benéfica Padre Enrique Huelin, en la que terminé los 7 km reales de recorrido (la organización prometía 8) en 34 minutos. Y para celebrarlo, me fui con mis compañeros de running a desayunar un gran sandwich a La Chancla, mítico chiringuito en el paseo marítimo de Pedregalejo.


Pero lo que realmente me impresionó el 28-F fue el discurso que el actor malagueño Antonio Banderas pronunció aprovechando que él y un grupo de destacados andaluces fueron nombrados Hijos Predilectos de la comunidad. Un discurso que se aleja de los "agradecimientos floridos, alabanzas folclóricas y amanerados piropos", como bien deja claro en el inicio, para luego construir un emocionante relato sobre Andalucía, los andaluces y la libertad. Un relato que apuesta por el futuro de esta tierra, y que yo, malagueño de adopción, comparto al 100%. Os recomiendo a todos su visionado íntegro.




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